Fiesta de la lana y boda campesina de Ripoll

La Fiesta de la lana y boda campesina de Ripoll es un acontecimiento único para obtener fotos que parecen hechas en otro tiempo.

Fiesta de la lana y boda campesina de Ripoll, un acontecimiento fotográfico

La fiesta de la lana y la boda campesina es un acontecimiento que viene celebrándose desde hace 55 años en Ripoll con éxito notable.

Aquí te cuento porqué es una buena oportunidad para el fotógrafo aficionado o simplemente para la persona curiosa y amante de las tradiciones.

En qué consiste  la Fiesta de la lana y boda campesina de Ripoll

Esta fiesta se desarrolla en un solo día y consiste en sólo dos actos:

  • Concurso de esquila de corderos
  • Boda estilo campesino.

Ambos eventos coexisten en el espacio y en el tiempo por lo que sin apenas desplazarte podrás asistir a ambos acontecimientos.

La Fiesta de la Lana de Ripoll: la esquila.

El Concurso de esquila empieza con la llegada de un centenar de ovejas, prestas a ser esquiladas, que son guiadas por una familia de pastores ataviados a la usanza del siglo XVII.

Las ovejas son encerradas en un pequeño corral construido para la ocasión y, poco después, empieza el concurso.

La esquila es realizada con una máquina eléctrica por expertos esquiladores que van turnándose para competir entre ellos.

Simultáneamente otro esquilador, y a modo de exhibición, emplea tijeras manuales con las que rapará la lana de algunos corderos. Al parecer es el último esquilador que emplea estas herramientas antiguas ya que, según manifestó, no tiene sucesor ni tan siquiera alguien que separa afilar las herramientas.

En un tercer escenario un pequeño grupo de hilanderas hacen una demostración de como crear hilo a partir de la lana mientras que un colchonero muestra cómo se rehabilitaban antiguamente los colchones de lana apelmazados por el uso.

La Fiesta de la Lana de Ripoll: la boda

El otro evento que coexiste con la esquila es la denominada Boda de Payés.

Consiste en representar como eran las bodas en los siglos XVII – XVII y para ello tanto los novios, como los familiares, testigos e invitados van ataviados tal como era costumbre en esa época.

Los novios y algunos invitados o familiares se desplazan por el pueblo a lomos de caballos o mulos mientras que otros lo hacen en carretas de época.

El hecho singular y que le daba un brillo especial, es que este año, los contrayentes se casaron de verdad. La boda se realizó en el monasterio, lugar de imprescindible visita, donde los novios recibieron el sacramento del matrimonio.

Conclusión

Ambos eventos coexisten en el espacio y en el tiempo por lo que sin apenas desplazarte tendrás muchas oportunidades de obtener unas buenas fotos que parecerán hechas en otro tiempo.

Además, se da la circunstancia, el menos este año, que no hay demasiada gente por lo que el trabajo del fotógrafo se realiza con gran comodidad.

Algunas imágenes ...

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